Medio ambiente

El águila de Bonelli se recupera a ritmo de récord en Mallorca y Madrid

- Gracias al proyecto europeo Aquila a-LIFE

MADRID
SERVIMEDIA

Quince crías de águila de Bonelli, que es una especie de rapaz amenazada de extinción, han nacido en su hábitat natural en la temporada reproductora de este año en diversas partes de España gracias a las acciones en favor de esta ave desplegadas por el proyecto europeo Aquila a-LIFE. Se trata de un récord sin precedentes de nacimientos gracias a esa iniciativa.

Nueve de esos pollos nacieron en la isla de Mallorca y seis en la Comunidad de Madrid, a partir de seis y cuatro parejas reproductoras, respectivamente, y no se descarta que en los próximos días eclosionen más ejemplares en ambas zonas, según señaló este viernes Grefa, la ONG conservacionista radicada en Majadahonda (Madrid) y encargada de la coordinación de Aquila a-LIFE, proyecto que también abarca Cerdeña (Italia).

"Esta cifra de nacimientos marca un récord para Aquila a-LIFE desde su puesta en marcha en 2018 y permite albergar grandes esperanzas con respecto a la recuperación del águila de Bonelli en las zonas de España e Italia donde actúa este proyecto, que cuenta con el apoyo económico de la Unión Europea”, explicó Ernesto Álvarez, presidente de Grefa.

MALLORCA Y MADRID

Doce de esas 15 nuevas crías de águila de Bonelli (también llamada águila perdicera) nacieron de parejas formadas por ejemplares reintroducidos en Mallorca y en la Sierra Oeste de Madrid. En cuanto a las otras tres, una es un pollo criado en cautividad por Grefa que ha sido adoptado por una pareja madrileña, gracias a una actuación desarrollada el pasado 14 de abril por Aquila a-LIFE con la colaboración de la Comunidad de Madrid.

Las otras dos son descendientes de dos águilas de Bonelli salvajes, no reintroducidas, que tienen su territorio reproductor entre la Comunidad de Madrid y la provincia de Guadalajara y que son objeto de tutela y seguimiento constante por parte de Aquila a-LIFE.

Los seis nuevos pollos de águila de Bonelli con los que cuenta este año la Comunidad de Madrid, junto con uno o dos más que puedan nacer de una pareja de nueva formación compuesta por un macho reintroducido y una hembra salvaje que aún está incubando su puesta, suponen un balance reproductivo sin precedentes para una rapaz que estaba al borde la desaparición en esta región.

NAVARRA, ÁLAVA Y CERDEÑA

Aquila a-LIFE actúa en otras tres zonas donde en 2020 no se han registrado nacimientos de águilas de Bonelli en su hábitat natural: Navarra, Álava y Cerdeña. Aun así, estos territorios han experimentado avances gracias a las liberaciones de ejemplares y otras acciones desarrolladas por el proyecto, como, por ejemplo, la corrección de tendidos eléctricos peligrosos para las aves, una amenaza a la que esta rapaz es muy vulnerable.

En Navarra y Álava se han formado dos y una parejas reproductoras, respectivamente, que se espera que puedan criar en breve. Además, el comportamiento observado en una hembra liberada en Álava lleva a pensar que podría emparejarse con un macho salvaje cuyo territorio abarca zonas alavesas, burgalesas y riojanas.

En Cerdeña, donde el águila de Bonelli lleva décadas extinguida, aún no se han formado parejas reproductoras debido a la juventud de los ejemplares liberados, pero las expectativas para el futuro son muy buenas. Una de las águilas liberadas en esta isla italiana se ha desplazado a la cercana isla francesa de Córcega, donde ha acabado asentándose.

Hoy en día existen casi 20 nuevas parejas de águila de Bonelli en zonas donde esta especie había desaparecido o estaba en vías de hacerlo gracias a la liberación de más de medio centenar de ejemplares por parte de Aquila a-LIFE desde 2018, a las que hay que sumar las aves liberadas en un proyecto anterior de similares características centrado en la misma especie: LIFE Bonelli.

"Trabajar en favor del águila de Bonelli es positivo para la naturaleza y las personas: al tratarse de un depredador en lo más alto de la cadena trófica contribuye al mantenimiento y la restauración de la complejidad propia de los ecosistemas. Esto es algo que se traduce en la activación de múltiples servicios ambientales que son más necesarios ahora mismo que nunca, como nos está demostrando la actual pandemia motivada por el coronavirus", concluyó Álvarez.

(SERVIMEDIA)
24 Abr 2020
MGR/gja