Medio ambiente

Así matan los tendidos eléctricos a los pájaros

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Ejemplar de águila de Bonelli (Aquila fasciata) electrocutado. GREFA

A comienzos de 2018, dos machos de águilas de Bonelli pertenecientes a la población de la especie en Mallorca perecieron en tendidos eléctricos, en el primer caso debido a una electrocución y en el segundo a una colisión. El COFIB e IBANAT (Govern de les Illes Balears) gestionaron el levantamiento de los cadáveres y la necropsia confirmó la causa de la muerte de los dos ejemplares.

Los accidentes de aves en líneas eléctricas tienen un gran impacto, sobre todo en las especies más amenazadas, como las rapaces, que son las más afectadas por electrocución o colisión, entre ellas una de las más vulnerables a la hora de sufrir electrocuciones es el águila de Bonelli, por su costumbre de utilizar los apoyos eléctricos como oteaderos, unido al hábito de colocarse dentro del entramado de algunas crucetas, lo que aumenta el riesgo de contactar con dos elementos en tensión y morir electrocutada.

En Baleares son las rapaces, junto con el cuervo, las especies más afectadas. Desde su reintroducción, en 2011, el águila de Bonelli es el ave con más bajas por electrocución y se ha tenido que enfrentar a tasas de mortalidad elevadas. Para prevenir y reducir los accidentes causados por estas infraestructuras ha tenido lugar en Mallorca la jornada El impacto de los tendidos eléctricos en la avifauna balear, organizada por la Fundación Natura Parc, AQUILA-a-LIFE, y la UIB, con el apoyo de Red Eléctrica, en la que han participado representantes del Servicio de Protección de Especies de la Conselleria de Medio Ambiente y Territori, del Centro de Recuperación de Fauna (COFIB) y el cuerpo de agentes de medio ambiente (AMA).

En este encuentro se ha hecho un diagnóstico del problema y se han explicado las actuaciones coordinadas que se hacen desde todos los sectores implicados para paliarlo, creando un espacio de intercambio de conocimientos. Hay que tener en cuenta que la electrocución es la primera causa de muerte no natural en algunas rapaces, por lo que los esfuerzos se centran en corregir el tendido eléctrico.

Los Agentes de Medio Ambiente han informado que, desde el año 1999, se han revisado unos 390 km de tendido eléctrico entre Mallorca, Menorca y Eivissa. Las inspecciones han permitido identificar y documentar todos los soportes peligrosos detectados que mediante un convenio de colaboración entre el Govern y GESA-ENDESA se han podido corregir.

El COFIB ha explicado que, desde 2003, recoge los datos de aves que ingresan en el centro de Mallorca por electrocución. Las especies que más sufren son el águila de Bonelli (un 54,55 %), seguido del cuervo (52,75 %) y el águila calzada (25,52 %). Además de estas tres especies, las que más entran en el centro de recuperación por esta causa son el águila pescadora (10,34 %), el milano (9,13 %) y el cernícalo (5,91 %).

Respecto al total de aves que han ingresado en el COFIB de Mallorca, hasta septiembre de 2019 han sido 16, mientras que en 2018 fueron 49. A partir de la puesta en marcha del proyecto Life-Bonelli (2013-2017), se impulsaron más medios para arreglar las líneas y detectar los casos en que el tendido no estaba en buenas condiciones y las medidas correctoras están dando sus frutos.

En Menorca, se dispone de datos desde 2012 y, en estos siete años, se han recogido un total de 16 aves por electrocución: 2 en 2019, 5 en 2018, 4 en 2017, 2 en 2016 y 3 en 2015. La especie que más afectada ha sido el milano (7), seguido del cernícalo (6).

En el caso de Eivissa y Formentera, hay que remarcar que sólo se han registrado dos casos de electrocución desde 2012 -un cernícalo en Eivissa y un halcón peregrino en Formentera. Las especies más afectadas en otras islas están ausentes o en densidad muy baja en las Pitiüses, a excepción del cernícalo.

La Conselleria de Medi Ambient i Territori colabora estrechamente con Endesa para corregir los apoyos peligrosos de tendidos eléctricos. En esta detección, los agentes de medio ambiente han participado activamente. En los casos de electrocuciones, no sólo actúan de manera preventiva con estas inspecciones, sino también cuando se activa una incidencia. Desde 2017, las inspecciones se han concentrado en áreas prioritarias delimitadas por la concentración local de avifauna.

Las actuaciones conjuntas entre instituciones y Endesa se realizan desde 1998 y en este tiempo se han corregido más de 2.500 apoyos. No sólo hay una planificación sobre la red que se tiene que arreglar, sino que, cuando se da aviso de que un ave se ha electrocutado en algún punto, el personal técnico se desplaza directamente y lo arregla de manera prioritaria.

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