Las águilas de Bonelli vuelven a la Cuenca Alta de Manzanares

GREFA ha reintroducido esta semana ocho pollos de águila de Bonelli en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares (Madrid), con la colaboración de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid.

Esta acción se lleva a cabo bajo la cobertura de AQUILA a-LIFE, un proyecto subvencionado por la Unión Europea que está ayudando a que se recupere la población en el Mediterráneo occidental del águila de Bonelli o águila perdicera (Aquila fasciata), una de las rapaces más amenazadas de Europa. El proyecto también cuenta con el apoyo económico de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica.

Gracias a este proyecto, unos treinta ejemplares de águila de Bonelli serán liberados esta primavera en varias zonas de España e Italia, dos países que tienen poblaciones muy reducidas de esta especie o incluso ya extintas. “En las próximas semanas el resto de aves que está previsto liberar esta temporada de cría será trasladado a otras zonas de reintroducción del proyecto, como Álava y Navarra”, ha explicado Ernesto Álvarez, presidente de GREFA.

Cinco de los ocho pollos reintroducidos en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares proceden de la población silvestre de águila de Bonelli de Andalucía Oriental (Málaga, Granada y Almería) una de las mayores de Europa. El resto procede del centro de cría en cautividad que dirige el especialista Christian Pacteau, de la entidad UFCS-LPO/BirdLife, en Vendée (Francia).

Las aves reintroducidas por AQUILA a-LIFE, de unos cincuenta días de edad, no son liberadas directamente, sino que son emplazadas en un jaulón de aclimatación que hace las veces de nido artificial, siguiendo el protocolo del método hacking, habitual en las reintroducciones de aves rapaces, explican desde GREFA. Pasarán un periodo de varias semanas en esta instalación hasta que sean capaces de volar, con lo que se pretende facilitar su apego a la zona en la que van a ser liberados. Además, se les ha colocado emisores GPS gracias a la asistencia técnica de un experto del Ministerio para la Transición Ecológica, lo que facilitará su seguimiento en el medio natural.