Son aves reintroducidas.

Águilas de Bonelli crían por primera vez en la Comunidad de Madrid

Dos pollos de águila de Bonelli han nacido este mes de abril en la Sierra Oeste de Madrid, en un nido regentado por una pareja reproductora de la especie en la que tanto la hembra (Haza) como el macho (Bélmez) son aves reintroducidas.

Según ha informado el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA), este proyecto, apoyado económicamente por la Unión Europea (UE), tiene como objetivo recuperar las poblaciones de una especie amenazada como el águila de Bonelli, también llamada águila perdicera o águila-azor perdicera. Para ello. se están liberando ejemplares en diversas zonas españolas y en la isla de Cerdeña (Italia).

Aquila a-LIFE, iniciado en 2017 y que estará vigente hasta 2022, toma el relevo de LIFE Bonelli (LIFE12 NAT/ES/000701), otro proyecto tutelado por la UE que también se centró, entre 2013 y 2017, en el águila de Bonelli.

Gracias a estos dos proyectos y a algunas actuaciones previas, en los últimos diez años se han liberado más de medio centenar de águilas de Bonelli en la Comunidad de Madrid, la mayoría en una zona de la Red Natura 2000 que coincide con la Sierra Oeste de Madrid: la ZEPA 'Encinares del río Alberche y río Cofio'.

Desde hace unos treinta años no nacían águilas de Bonelli en la Sierra Oeste de Madrid, donde la especie se extinguió como reproductora a principios de los años noventa. Es también la primera vez que un proyecto de reintroducción logra que esta rapaz amenazada se reproduzca en territorio madrileño.

En el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres de la Comunidad, el águila de Bonelli aparece en la categoría de "En peligro de extinción", al mismo nivel que la águila imperial ibérica.

Los progenitores de los dos pollos que acaban de nacer en la Sierra Oeste de Madrid, las águilas de Bonelli Haza y Bélmez, fueron cedidas por la Junta de Andalucía, procedentes de nidos naturales de la provincia de Jaén. Tras su reintroducción en la Sierra Oeste de Madrid, ambas aves formaron pareja y se asentaron territorialmente en 2016 en la misma zona de liberación.

Asimismo, se pretende facilitar la reproducción de la especie, que llegaron a acondicionar, pero sin efectuar puesta. Al año siguiente sí que pusieron huevos, que no llegaron a eclosionar, por lo que a Haza y Bélmez se les introdujo en el nido un pollo de su especie criado en cautividad, que acogieron perfectamente.

Por desgracia, este pollo adoptivo acabó siendo depredado por un búho real poco antes de iniciar sus primeros vuelos. Pero, en 2019, esta pareja ha conseguido que nazcan dos pollos en su nido de la Sierra Oeste de Madrid.

"El nacimiento de estos pollos tiene una gran trascendencia, ya que el águila de Bonelli es tan escasa en la región que, aparte de las aves reintroducidas, ahora mismo solo queda una pareja totalmente salvaje, a la que podemos considerar histórica, asentada en territorio madrileño", recuerda Ernesto Álvarez, presidente de GREFA, ONG que coordina el proyecto AQUILA a-LIFE2, han señalado desde Grefa.

Gracias al emisor GPS que portan las águilas de Bonelli reintroducidas, se sabe que de los 56 ejemplares que se han soltado en la Comunidad de Madrid desde que se iniciaron en 2010 las liberaciones de esta especie, 19 han muerto en tendidos eléctricos de diseños peligrosos para las aves.

De estos casos de electrocución, cinco fueron "especialmente graves" por ser las víctimas águilas de Bonelli que ya se habían asentado en un territorio reproductor. El más reciente de estos casos es el de Polopos, un ejemplar procedente de la población salvaje de la especie en la provincia de Granada que fue cedido cuando era un pollo a la Comunidad de Madrid por la Junta de Andalucía para su liberación en 2015.

"Tras cuatro años de vida en libertad, Polopos había formado pareja con una hembra de su especie, pero las esperanzas de que se reprodujese en breve se han visto truncadas tras el hallazgo de su cadáver electrocutado el pasado 4 de abril en la Sierra Oeste de Madrid", se ha lamentado Álvarez.

Tras la muerte de Polopos quedan cuatro parejas de águila de Bonelli en la Comunidad de Madrid, tres de ellas con presencia de ejemplar reintroducidos.

Aquila a-LIFE esta primavera tiene previsto liberar ocho nuevos pollos de águila de Bonelli en la Comunidad de Madrid, tiene en la corrección de tendidos peligrosos para la especie una de sus principales líneas de actuación. En poco más de un año de vigencia, este proyecto ha contribuido a financiar los arreglos de más de un centenar de apoyos (postes o torretas) de casi una veintena de tendidos eléctricos.

Estas actuaciones se han llevado a cabo en la Comunidad de Madrid y provincias limítrofes como Ávila y Toledo, en zonas por donde se sabe que se mueven las águilas de Bonelli reintroducidas, gracias al seguimiento por GPS.

Además de estas correcciones, la información aportada desde Aquila a-LIFE a las compañías eléctricas sobre la ubicación de tendidos peligrosos para la especie está permitiendo aislar una gran cantidad de apoyos en las zonas españolas e italianas donde el proyecto está liberando ejemplares.

"La primera consecuencia de todas estas intervenciones en tendidos eléctricos es crear territorios seguros donde las águilas de Bonelli reintroducidas puedan asentarse como reproductores con garantías de que no van a morir electrocutadas, como lamentablemente le ocurrió a Polopos y otras aves del proyecto", ha explicado Álvarez.

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